Blogia
Merece la pena.

Recuerdo "al alimón".

Cuando era pequeña soy consciente de haberme despertado muchas mañanas en la cama de matrimonio de mis padres. Mi única memoria es la imagen de mi madre descorriendo las cortinas y el ruido de un tren que pasaba a veces, supongo que las vías debían estar cerca.

Ayer acudí a mi padre en persona para atar cabos sueltos. Esta fue su respuesta:

En el tiempo cercano al nacimiento de tu hermana fue en el que se produjo la serie de llegadas tuyas a nuestra habitación. La situación se desarrollaba tan sencillamente como sigue:
Yo abría los ojos y te encontraba de pie, sonriendo y diciendo -exlusivamente- hola y -te lo juro- siempre a las cuatro menos veinte. El ritual siguiente era levantarte en volandas y meterte en la cama, donde te cobijabas con tu madre, a pesar de no hacer ya frío, pues tu hermana nació en Agosto. Yo cogía mi despertador y me largaba a dormir a tu cama hasta las seis. Y, evidentemente, mamá se levantaría para empezar a trabajar y tú la verías descorriendo las cortinas... La ventana estaba a unos doce metros de la vía del tren, que tú mirabas encandilada pasar muchas veces al día.
Todo eso ocurría con una sonrisa tuya, la más bonita.

1 comentario

C.V.G -

Sigues conservando toda la dulzura de antaño, y sí, una maravillosa sonrisa