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Merece la pena.

El uno para el otro.

Siento de verdad no haber conservado los detalles de procedencia de este microcuento. Mil perdones a su autor/a. La ventaja es que me puedo permitir la siguiente afirmación: Si no lo escribió mi amigo Alberto, entonces simplemente debería haberlo escrito él.

Su corazón no pudo resistir ver que según sus cálculos, para no llegar tarde a la oficina tenía que haber nacido dos días antes.

3 comentarios

Anónimo -

Después de mucho buscar en diversas enciclopedias, he dado con el autor de este microrrelato. Se trata de un dublinés de principios de siglo, minero de profesión y muy amigo -algunas fuentes aseguran que mucho más que eso-, del poeta W.B Yeats. Su nombre es Sean O´Finney, y ese es el único cuento que escribió. En realidad, no se tiene noticia de que escribiera más que eso en toda su vida, ya que el tal O´Finney era analfabeto. Toda su familia era analfabeta también, y la mañana que se encontraron al joven Sean sentado delante de un papel con algo escrito y con una pluma en la mano, escucharon de sus labios esta respuesta:
"El enanito me lo chivó".

Fanshawe -

Si que debería haberlo escrito yo. Siguiendo cierta línea que empecé hace años, lo habría llamado "La hora en la oficina". Debería dedicarme sólo a escribir nombres de cuento.

lore -

Sólo decir que no creas que, por no comentar, no te leemos, es que, a veces, no tenemos nada que decir, pero sigue con esto, tu blog es genial :)