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Merece la pena.

Merece la pena

De mudanza.

Y no, esta vez no es una mudanza de esas traumáticas con docenas de cajas (llenas de libros, por supuesto) y de maletas. :-)

Este sitio se me ha quedado pequeño.

Si alguien pregunta por mí, decidle que a partir de ahora puede encontrarme en Cuentos mínimos.

Sean todos bienvenidos por allí.

Año nuevo, vida nueva (así, de repente).

A partir de mañana cobraré por "escribir en un blog (corporativo) y caer bien a la gente", palabras textuales de mis futuros jefes. ¿A que mola un trabajo que se puede resumir así? :-p

Yo tampoco hago memes (pero también me gusta saltarme mis propias reglas).

Los Cuentos de Shelley Duvall porque no trataban a los niños como si fuésemos tontos.
Friends por miles de motivos, pero sobre todo por Mónica y por Phoebe (bueno, por Mónica, más).
Malcolm por el humor surrealista.
Los Simpsons porque los echaban en La 2, por la noche, y mi hermana y yo los veíamos a escondidas de mis padres desde detrás de la puerta.
La primera temporada de Twin Peaks por Bob y por el enano bailarín.
Capítulos sueltos de La Dimensión Desconocida, Más allá del Límite y Alfred Hitchcock Presenta... (los puntos suspensivos van incluidos en el título :-p)
Los 4400 por el final tan bueno de la segunda temporada.
Carnivale por la estética.
House hasta que el doctor se pasó de la raya.
Ellen por reírse de todos, empezando por ella misma.
Buffy por más de un episodio (y mas de dos) que superó mis expectativas.
South Park, supongo. Por bestia.
Los primeros catorce o quince episodios de Desperate Housewives.
Xena por gamberra.
Las chicas de Oro, Aquellos maravillosos años, Luz de Luna, Remington Steele, Willy Fogg, Los caballeros del Zodíaco, Kung Fu, La vida es así, Padres forzosos, y unas pocas más, por formar parte de mi infancia.
Cuando Lotte perdió el ombligo porque nadie se acuerda de ella.
Una de unos niños que se comunicaban a distancia y que tenían poderes o veían hologramas o que sé yo. Ni idea del título.
La Princesita porque... bueno, porque sí.

Si alguien se pregunta todavía a qué viene todo esto, la culpa la tiene Alberto. Estoy segura de que él me deja responder al meme como me dé la gana, y pasárselo a todo aquél que al leer esto tenga puesta una camiseta naranja.

PD: Aprovecho para deciros que me voy de vacaciones unos diítas, cosa que se va a repetir de forma bastante caótica (aunque espero que a menudo) a lo largo de este verano.

EDITO para añadir dos series que no podían faltar: 'El mundo de Buster' (igual de rara que la de Lotte) y, por supuesto, 'El pequeño vampiro', que daría lo que fuese por volver a ver.

Para más información sobre las series raras que cito, mirad lo que he encontrado.

Casi nunca leo poesía.

Creo que no lo hago de forma premeditada. O quizá sí. El caso es que hoy me ha alegrado la noche encontrarme con esto:

          CONFLICTO DE PERSONALIDAD
          (de Juan José Téllez Rubio)

          Si un doble mío penetrara en su cuarto
          y lamiéndole el cuerpo con el mimo
          sumiso del esclavo, le sacara
          de algunas de sus frecuentes pesadillas.
          Si le invitase entonces a un viaje secreto
          por muslos y por labios, laberintos
          de piel que una mano diestra
          registre en la noche, suavemente.
          Si entre usted y yo, a estas alturas,
          hubiera saliva o rumor de matorrales,
          la íntima humedad con que el rocío del gozo
          va untando a aquellos que no duermen.
          Si fuésemos reptiles, si transfigurásemos
          el río de las horas en un burdel de gestos
          y el alba sólo fuera un relámpago importuno.
          Si mi sosias penetrase por su hendidura estrecha
          y el vello nos sumiera en un deleite súbito.
          Si tensáramos sus músculos como el hilo de un arco
          que habrá de dispararse contra la carne contraria.
          Quizá-quizá, si todo esto ocurriera
          y yo la encuentre mañana en los grandes almacenes,
          mirándome a los ojos distraída diría
          su cara, caballero, no sé, me suena mucho.

 (Extraído del librito Las causas perdidas, VI Premio Aljabibe de Poesía; publicado por Endymion.)

Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza.

Y no, no es una frase mía (por más que me gustaría). Se trata del título de un cuento de Fernando Sorrentino que leí hace la tira de años y que llevo esa misma cantidad de tiempo buscando como loca. Hoy, por un cúmulo de casualidades, he descubierto el nombre de su autor y por ahí he conseguido volver a encontrarlo.

A modo de introducción, sólo puedo añadir que es uno de esos cuentos que me encantaría que se me hubieran ocurrido a mí. (suspiro). Y que ejemplifica todo lo que para mí debe ser un cuento corto. He aquí el principio:

Existe un hombre que tiene la costumbre de pegarme con un paraguas en la cabeza. Justamente hoy se cumplen cinco años desde el día en que empezó a pegarme con el paraguas en la cabeza. En los primeros tiempos no podía soportarlo; ahora estoy habituado.

Es un poco largo para trasncribirlo aquí entero (un poco más de una página), así que si os habéis quedado con las ganas, podéis encontrar el cuento completo aquí.

Una vez en la vida

Cuando se acude al teatro y se ve una obra especialmente buena (más aún en el caso de un monólogo), es bonito salir con la sensación de que el actor ha tenido una noche "mágica" difícil de repetir. De que ese día ha estado más inspirado que cualquier otro, y tú has estado ahí para verlo. Mala suerte para los que acudieron el día antes, o para los que acudirán el día después.

Quiero creer que eso es lo que sucedió la noche del 22 de julio en Almagro, cuando todo los espectadores del Claustro de los Dominicos, con la piel de gallina, conteníamos la respiración al compás de las palabras de El Brujo.