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Merece la pena.

Belén humano.

En la guardería de mi primo Carlos, que aún no ha cumplido los dos años. Él hacía de angelito. A unos metros de distancia, una cesta llena de pan y otra con galletas a modo de ofrendas. En plena representación, y sin molestar, abandonaba su puesto, se acercaba sigiloso a la cesta del pan y cogía un trocito. Luego, sin que nadie tuviera que decirle nada, se volvía tranquilamente a su sitio a mordisquearlo despacito. Como si no hubiera pasado nada. Cuando se le acababa, iba a por más y punto.

 

FELIZ NAVIDAD A TODOS.

A ser felices y a hacer felices a los que tenéis cerca, que al fin y al cabo eso es de las pocas cosas que importan de verdad.

:-)

1 comentario

oyros -

Tienes la habilidad de dibujar con palabras y de arrancar sonrisas con tus relatos.

Gracias por este año de imágenes. Felices Fiestas